Etiquetas

, , , , , , , , , , , , , ,


Ibón de Piedrafita¿Cansados de la rutina? ¿Agobiados con el día a día pero sin tiempo para hacer un gran viaje? Esta vez os proponemos un fin de semana de lo más relajante y aprovechado. Salimos el sábado y volvemos el domingo, pero el Pirineo nos da esa paz que nos hace creer que llevamos varios días fuera de casa.

Nuestro día comienza en Zaragoza. Maleta de mano preparada con un cambio de ropa y un par de bocadillos y agua (¡indispensable!) en la mochila. Desayunamos. Nos ponemos ropa adecuada para la montaña y ya estamos listos. ¡No queremos perder ni un minuto! En menos de 2 horas aparcamos en Piedrafita de Jaca.

Desde allí seguimos las indicaciones a la derecha para llegar al Ibón de Piedrafita. También se puede subir con el coche hasta el aparcamiento de La Cuniacha, el parque faunístico de los Pirineos, si queremos andar un poquito menos, pero poquito… Desde el pueblo es un trayecto de 1h15min aproximadamente por una pista bien señalizada y muy cómoda.

Empezamos por un terreno con bastante piedra para terminar saliendo a la carretera (éste es el tramo que nos evitaríamos si dejáramos el coche en La Cuniacha). Una vez allí, empieza la pista que recorreremos hasta que encontremos una nueva señal a nuestra izquierda que nos indica que debemos seguir por ese lado para llegar al ibón.

Aquí comienza un tramo de piedras grandes, pero accesible y asequible para (casi) todos los públicos. En pareja, en familia, con amigos e incluso solo. Esta ruta es perfecta dado su bajo nivel de dificultad. No tenemos que perder el río, siempre a nuestra izquierda, y así llegaremos a nuestro objetivo. Impresionante Peña Telera, fiel guardiana del Ibón de Piedrafita. Ibón de Piedrafita

Aprovechamos las relajantes vistas para reponer fuerzas y disfrutar del silencio y la calma que siempre nos proporciona la montaña.

Ya de vuelta nos dirigimos a Tramacastilla de Tena. Hemos elegido este precioso pueblo para hacer noche. Nuestra opción, La Posada del Pirineo. Esta posada pertenece al Hotel El Privilegio de Tena. Cualquiera de los dos alojamientos tiene la magia propia del entorno, siendo La Posada una opción más económica. Además la atención al cliente es de lo mejorcito que hemos visto.

Tramacastilla de TenaLa Posada del Pirineo

Seguir disfrutando del paisaje hasta ver atardecer sentados en una de las múltiples terrazas que ofrecen los pueblos pirenaicos nos parece la mejor opción. Esta vez nos decantamos por subir a Formigal, pero Sallent o Panticosa son destinos igual de apetecibles.

El domingo nos espera un día de lo más relajante. Comenzamos por visitar el spa del Hotel El Privilegio y su zona de baños: piscina de jets, duchas bitérmicas, ducha de niebla fría, sauna y baño turco, cantos rodados, piscina de tonificación y zona relax en tumbonas termocalefactadas… Todo para nosotros solitos. Experiencia que completamos con un masaje corporal terapéutico (deportivo) combinado con un masaje corporal ‘du spa’ (cañas de bambú). Nos quedamos sin palabras para describir el trato que recibimos y las manos de la masajista. Ella se encargó de recomendarnos la mejor opción y nosotros nos dejamos hacer encantados. Carta Spa Hotel El Privilegio de Tena. Una experiencia para repetir.

Y así se nos hizo la hora de comer. Guiados por Tripadvisor nos acercamos a Panticosa, donde nos espera el Restaurante Navarro. Por 18.50€/persona puedes degustar su exquisito menú. La bebida no está incluida (excepto el agua), pero el postre sí. Y los platos son de calidad y con un toque moderno que los hace muy muy apetecibles.

Es hora de volver a casa. Con las energías recargadas y la mente relajada. ¡Buen viaje!